Descripción

ILUSTRACIÓN FEMINISTA ENVIDIA

Cree esta colección de láminas feministas con 7 mujeres para representar la influencia de los estereotipos de género a la hora de mostrar emociones «socialmente» impropias de una mujer.

Cuántas veces vemos a hombres comiendo y disfrutando con ello acompañados de mujeres que comen ensaladas tomando pequeños bocaditos. Es muy raro ver a una mujer comiéndose una hamburguesa mientras le chorrea el kétchup y se relame.

Y ya no hablemos de otros «pecados» como la lujuria…

Ejemplos de patriarcado

Las mujeres siempre hemos estado en el punto de mira de la iglesia católica y de la sociedad patriarcal. Desde hace miles de años, se nos ha manipulado, controlado, menospreciado y juzgado por todos y cada uno de nuestros comportamientos. Además, la tendencia para culpabilizarnos y sentenciar nuestras conductas, ha sido exagerarlas y aplastarnos con su mazo de moralidad sexista.

Siempre nos han contado que el peor enemigo de una mujer era otra mujer. Que nos criticamos, nos tenemos envidia y somos unas machistas que oprimimos a otras mujeres, igual que los hombres hacen con nosotras.

Pero la realidad es que si algo existe entre las mujeres es sororidad, comprensión y ayuda. Y desde luego, nuestro peor enemigo es aquel que nos discrimina, nos viola y nos mata… y eso no nos lo hace ninguna mujer.

Así que está claro cómo, nuevamente, el patriarcado vuelve a intentar manipularnos para que estemos divididas y así poder controlarnos mejor.

Y no somos envidiosas de otras mujeres. Pero nos han repetido millones de veces que somos rivales y hemos crecido con esa idea en nuestros cerebros rosas.

Pero yo cada día encuentro a más mujeres conscientes de que esto ha sido una mentira más de una sociedad machista (la deconstrucción de la que hablamos las feministas). Y en el momento que te das cuenta, empiezas a sudar sororidad por cada uno de tus poros.

Y esta colección de láminas feministas nace como arte protesta para que vayamos normalizando las conductas de las mujeres, exactamente igual que hemos normalizado las de los hombres y dejemos de emitir juicios sexistas.

Somos mujeres y nos sentimos orgullosas de serlo.

«Las noches eran el peor momento del día. La ansiedad por saber qué estarían haciendo no la dejaba dormir.

Sabía que llegaría el día en el que dejara de pensar en él. En ella.

Jaime podría haberse largado con cualquiera… pero tuvo que ser con ella.

Se levantó a prepararse un té y vio a Gata dormida en el rincón del sofá.

La luz del amanecer la despertó. Gata aún dormía a su lado.«

-Kára Triviño-